Llego un poco bastante tarde, pero no me iba a perder la
oportunidad de comentar un poco sobre la última peli Marvel del año.
Guardianes de la Galaxia es una ópera intergaláctica sobre una banda de mercenarios espaciales luchando por recuperar una piedra (em, spoiler alert?). Suena algo ridículo, pero el resultado final es bastante satisfactorio. Aun así, aclaro que tampoco me pareció que la película fuera la maravilla que muchos comentaban. Es buena, tiene una trama entretenida, excelentes escenas de acción (lo cual era de esperarse), genial música, y tal vez lo que más destaca, verdadero sentido del humor.
La frescura de la película radica en gran parte en que no se
toma demasiado en serio a sí misma, de forma que ver a un mapache violento y
parlante que tiene un Ent de side-kick (Groot es un Ent y nadie puede
convencerme de lo contrario) o un protagonista que empieza (y podríamos decir
que también termina) la acción con una rutina de baile son parte común de la
experiencia.
Como era de esperarse de Marvel, los efectos especiales son
impresionantes, pero el feeling de la película está más cerca de las entregas
de Star Wars. No que sea algo malo, es simplemente distinto. Aunque la trama
está claramente relacionada con las otras películas, el sentimiento que provoca
es de estar, efectivamente, en un lugar completamente distinto, donde no pueden
aplicarse las mismas reglas.
Hay que destacar que el cast es excelente, aunque parte de
su excelencia se pierde en la seguidilla de escenas de acción. Chris Pratt se
carga la película al hombro de manera exitosa en su papel de Peter Quill, más
que nada tomando en cuenta que es el único “humano normal” dentro del cast
principal. Su grupo sigue con la asesina verde Gamora (Zoe Saldana, quien
parece estar armando su carrera en base a personajes con colores corporales
fuera de lo común), Trax (Dave Bautista), un… algo extraterrestre que vive para
vengar la muerte de su familia, Rocket (Bradley Cooper), el antes mencionado
mapache que resulta más “humano” de lo esperado, y Groot (Vin Diesel), quien da
más emoción repitiendo tres palabras que muchos actores con diálogos enteros, y
hará nacer en ti un inusual amor por los árboles.
No quiero spoilear mucho (pero si un poco) por si hay
alguien por aquí que todavía no la vio, pero basta decir que esta peculiar
banda se junta para recuperar una de las “Infnity Stones” (la morada) y así
evitar la destrucción masiva que el malote de turno planea causar.
De esta manera puedo entrar al tema que realmente me
interesa. ¿Cómo juega esta película en el resto del universo cinematográfico
Marvel? Pues, nuevamente sin revelar demasiado, tenemos más apariciones de
Thanos y las piedras, y el asentamiento de la teoría de que él, junto a todas
las piedritas reunidas en su guantecito, serán los malos malotes de la tercera
fase de las entregas (esta es teoría personal, pero en este punto creo que se
cae de madura...) También desarrolla prospectivos antagonistas para el futuro: The
Collector, que ya apareció en la escena final de Capitán América 2, y Nébula,
quien me pareció estéticamente divina y espero con ansias que siga apareciendo,
de preferencia haciendo algo más que estar en el fondo con cara de odio.
La peli nos enseña también dónde queda localizada la famosa
piedra al final de todo (que junto al Tessaract y el Ether ya vamos la mitad de
las Infinity Stones), y dejan patente que esta entrega en particular tendrá
seguimiento (aunque eso ya lo sabíamos después de la última Comic Con). Todavía
mejor, la segunda película de Guardianes de la Galaxia, programada para el 27
de julio del 2017, traerá un fuerte componente de uno de mis lugares comunes
favoritos en este género, el descubrimiento de herencias familiares
inesperadas.
También creo que se vuelve obvio que en algún momento, seguramente
en la tercera fase, los Guardianes de la Galaxia crucen camino con los
Avengers, lo cual es su propio nivel de interesante. Quiero que Tony Stark
conozca a Rocket y juntos forjen elaborados planes para salir de apuros.
Dicho todo esto, solo me queda destacar una pequeña
decepción de la película: la escena final después de los créditos no suma NADA
al futuro de las próximas películas. Excepto si en la segunda entrega aparece
Cosmo en perro de espacio. Que nadie se sorprenda si eso realmente sucede.
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